Introducción
Fibra bruta en los piensos para aves, ¿de
qué estamos hablando? Cuando, como
nutricionista animal, uno habla de este
tema con los granjeros avícolas, a menudo
(todavía) se encuentra con incomprensión
y sonrisas incómodas. Todos los granjeros
y criadores saben que la fibra bruta es
importante en la alimentación de vacas,
cerdos, caballos y conejos, pero… ¿en la alimentación
de las aves? En ocasiones, también
los colegas que trabajan con piensos
para aves responden con una sonrisa de
incomprensión o incluso condescendencia
cuando les hablas de la fibra bruta en
la nutrición avícola o sugieres que debería
incluirse específicamente en las fórmulas
de pienso para gallinas ponedoras.
Pero, cuando se examina la bibliografía
internacional en más detalle y se escucha
con más atención a los colegas de distintos
países, enseguida uno empieza a pensar
que debe ser un tema muy interesante. A
medida que se va haciendo más habitual la
investigación sobre el comportamiento de
las aves, los resultados demuestran cada
vez más que la fibra bruta (el forraje) tiene
un efecto positivo en ese asunto complejo.
Hay asimismo numerosas indicaciones,
derivadas tanto de la investigación como
de la práctica, de que parece tener una correlación
positiva con la consistencia y el
contenido en humedad de las heces, con
la salud intestinal en general y por tanto
con la calidad de la yacija.
Definición de fibra bruta
A menudo se habla indistintamente de
fibra bruta y de forraje. Eso es porque la
expresión fibra bruta se viene usando desde
hace mucho tiempo. El término fibra
bruta procede de los análisis de piensos
animales, más precisamente del análisis
de Weende establecido en 1864. El análisis
de Weende registra las proporciones
existentes entre las distintas sustancias o
componentes de los piensos animales y
ofrece una primera estimación grosera de
su digestión. El valor de «fibra bruta» describe
a varios materiales estructurales que
son insolubles en soluciones ácidas y alcalinas
diluidas, incluyendo un grupo heterogéneo
de componentes de los piensos
que son difíciles o imposibles de digerir y
tienen por tanto «mala reputación» en la
nutrición avícola.
Tabla 1:Contenido en nutrientes de determinadas materias primas, sobre la base de un 88% de materia seca
Fuente Jeroch & Dänicke, Poultry Yearbook, 2008; algunos cálculos y datos; energía con arreglo a la
fórmula de la WPSA [World Poultry Science Association] para estimar el contenido en energía metabolizable
de las dietas para aves; AP: alta en proteína, BP: baja en proteína
Orígenes de la fibra bruta
La fibra bruta se utiliza de forma más o
menos inevitable en todas las formulaciones
de piensos.
Puesto que, aunque «oficialmente
» no tiene ninguna contribución
al valor nutricional del pienso para aves,
debe declararse de todos modos como
valor máximo en muchos países, el contenido
en fibra bruta se incluye a título
informativo en todos los cálculos de los
piensos y sus mejoras. Habitualmente, no
hay un requisito mínimo de fibra bruta en
las fórmulas de piensos para aves; su valor
máximo sirve solamente para asegurar
que no se exceda al valor específicamente
declarado.
Por lo tanto, cuando se utilizan
distintas fibras brutas, el valor concreto
fluctúa dentro de un rango de desde
aproximadamente el 2,5% en una mezcla
basada en maíz y soja hasta un 6,0-7,0%
en mezclas basadas en cebada, harina de
extracto de girasol y subproductos cereales
como el salvado.
El contenido en fibra.bruta de los piensos para aves se relaciona
con el contenido en energía de las distintas
materias primas, pero debería ser objeto
de mayor interés en la preparación de
fórmulas avícolas.
Requisitos de contenido en fibra
bruta de los piensos para aves
Si bien las recomendaciones alimentarias
anteriores ponían el énfasis en un valor límite
máximo de fibra bruta en el forraje, por
varias razones es necesario fijar también un
valor límite mínimo, en vista de que, como
regla general, se contempla el uso de materias
primas como estas que son altas en
energía y con relativamente poca fibra bruta
para alimentar a las muy productivas aves
actuales (piensos animales tanto energéticos
como proteicos). Además, las fórmulas
contienen en ocasiones proporciones considerables
de grasa forrajera. Eso puede traducirse
muy a menudo en contenidos en fibra
bruta del 3% en el forraje total. Las razones
siguientes hacen, no obstante, necesario
que demos una importancia considerablemente
mayor al contenido en fibra bruta:
- necesidad de desarrollar el tracto digestivo
de los animales en la fase de
recría (p.ej. pollitas) a fin de facilitar una
adecuada ingesta de pienso desde el
comienzo de la actividad de puesta
hasta su pico productivo,
- estimulación del desarrollo de la molleja,
- estabilización de la flora intestinal y por
tanto mejor consistencia de las heces
(mejor calidad de la yacija en la cría en
suelo, menos huevos sucios en todo
tipo de sistemas de alojamiento),
- prevención de trastornos digestivos,
- efecto positivo en el comportamiento
de las aves y por tanto menor tendencia
al picaje de plumas (y dedos), la ingesta
de plumas y el canibalismo (especialmente
en gallinas ponedoras).
Las recomendaciones de optimización
de la ingesta de fibra bruta son independientes
de la edad de los animales, el tipo
de ave y el uso al que se la destina. No se
deben exceder nunca de manera significativa
los contenidos recomendados en
cada caso, ya que se reduciría o podría
verse reducida la digestibilidad de los nutrientes
y la concentración en energía y
nutrientes del pienso podría convertirse
en el factor limitante para un suministro
adecuado. Son una excepción a esto los
procedimientos en los que se utilizan altos
contenidos en fibra bruta con el objetivo
concreto de restringir la energía (p.ej. en la
cría de pollos de engorde). Igualmente, el
pienso contendrá mayores contenidos en
fibra bruta en casos de ganadería extensiva
y durante períodos sin puesta (muda).
Puesto que en este tiempo se ha ido
reconociendo el uso positivo de las fibras
brutas en general para muchas razas
de aves, se ha ido ampliando también el
rango de materias primas utilizadas en
los piensos. Mientras que el maíz solía ser
antaño el cereal preferido, actualmente se
utiliza particularmente el trigo, además de
tritical, cebada, en menor medida avena y
en ocasiones incluso centeno.
En lo que se
refiere a las fuentes de proteína, solía darse
preferencia predominantemente a los productos
derivados de la soja, mientras que
se han hecho ya de uso habitual otros derivados
de pipas de girasol, colza o recursos
proteicos como distintos subproductos de
la generación de bioenergía. Estas materias
primas muy empleadas actualmente
como alternativa al maíz y la soja presentan
todas ellas contenidos en fibra bruta
más altos. Hay que mencionar también los
concentrados de fibra bruta basados en
lignocelulosa, con un contenido mínimo
del 60% en fibra bruta indigestible. Su uso
se ha revelado valioso por muchas razones,
y en particular tiene como ventaja un
bajo porcentaje de inclusión en las fórmulas,
aproximadamente un 1%, que apenas
desplaza a las demás materias primas.
En principio, la introducción de contenidos
mínimos de fibra bruta en las fórmulas
de pienso para aves no debería dar
lugar, no obstante, a una «dilución de los
nutrientes», cuya consecuencia pueden
ser reducciones del rendimiento o aumentos
del consumo de pienso. El posible
contenido en fibra bruta de las fórmulas
depende por un lado fuertemente de la
disponibilidad de las materias primas y por
otro de las concentraciones de energía y
nutrientes de las fórmulas en cuestión.
Fibra bruta en los piensos para gallinas
ponedoras, ¿cómo puede conseguirse?
Las gallinas ponedoras se benefician en
buena medida durante las fases de recría y
producción de la presencia de fibra bruta
en el pienso. Este mensaje y conocimiento
se ha venido demostrando desde hace
mucho tiempo en la práctica, y de un
tiempo a esta parte es objeto también de
análisis desde un punto de vista científico.
En ese sentido, la ciencia diferencia entre
distintas proporciones o fracciones de fibra
bruta. La porción que se debe examinar
aquí en más detalle es la porción indigestible,
tal como lignina y celulosa.
Si alguien con experiencia aporta algo
de conocimiento del tema de la fibra bruta
para gallinas ponedoras y aves en general,
la siguiente pregunta es cómo integramos
la fibra bruta en el pienso para ponedoras.
Antes que nada, hay que señalar que la
incorporación de fibra bruta a los piensos
para gallinas ponedoras no debe reducir
la concentración normal de nutrientes, ya
que eso tendría un efecto negativo en los
resultados de rendimiento de los animales.
En segundo lugar, eso depende fuertemente
de la disponibilidad de materias
primas adecuadas, tales como: los cereales
cebada y avena, cualquier forma de subproductos
cereales, productos de girasol y
colza, DDGS, alfalfa y finalmente lignocelulosa
en las concentraciones necesarias.
Todas estas materias primas tienen
una concentración más baja de nutrientes
en comparación con el maíz y la soja que
los productos básicos más utilizados a nivel
mundial en los piensos avícolas. A fin
de no reducir la concentración global de
nutrientes del pienso como consecuencia
de la ingesta de las materias primas
de la mezcla antes mencionadas, se suele
aumentar el contenido en grasa. Por esa
razón, debe ser básicamente posible incorporar
o incluir grasa y/o aceite en las
formulaciones para piensos. La presencia
de un nivel significativamente más alto de
grasa bruta en el pienso ofrece muchas
ventajas de cara a la recría y la producción,
por ejemplo en lo relativo a la calidad técnica
del pienso (de harina) y también a la
nutrición óptima de los animales.
El nivel global de fibra bruta en los
piensos para gallinas ponedoras
en las fases de recría y producción
se determina o calcula
mediante el conocido
método de optimización
de piensos lineal. Se ha revelado
posible su inclusión
en niveles de hasta un 7% sin
que se vieran adversamente
afectados ni el rendimiento ni la salud de
los animales; en ocasiones, la presencia de
fibra bruta en el pienso llega incluso a mejorar
la salud y el comportamiento de las
aves. En base a esta experiencia, podemos
afirmar lo siguiente: ¡La fibra bruta (indigestible)
nunca les va a hacer daño a sus
animales! Es más, este conocimiento está
siendo cada vez más tenido en cuenta en
la alimentación de aves en general e incluso
en la alimentación de animales criados
para la producción de carne.
Resumen
En conclusión, cabe plantear la pregunta
de si la digestibilidad de la fibra bruta de los
piensos para las aves y particularmente las
gallinas ponedoras representa un «problema
» para los nutricionistas animales serios o
más bien podrían encontrarle un uso. Parece
que es hora de un cambio de paradigma.
Bibliografía
Jeroch, Simon, Zentek – Geflügelernährung
[Nutrición avícola] – Ulmer-Verlag 2012
Pottgüter – Fibre in Layer Diets [Fibra en las
dietas para ponedoras] – Lohmann Information,
Vol. 43, octubre de 2008
Robert Pottgüter