El consumidor pide un huevo de mesa
de alta calidad. Sin embargo, las preferencias
varían mucho. Huevos grandes
o pequeños, con la yema amarillo pálido,
anaranjada o roja – el huevo perfecto para
satisfacer todas las preferencias. Pero, ¿cuán
grande es el contenido en materia seca de
un huevo? ¿Quién estaría interesado en saber
esto? Ésta es una preocupación que raramente
ha pasado por la cabeza de la mayoría de
consumidores.
El desarrollo y liberación del huevo desde
el ovario requiere un esfuerzo metabólico
enorme por parte de la gallina. La formación
del huevo empieza con la ovulación desde un
ovario de 60 g. Con las roturas de la pared folicular
se libera la yema en la trompa de falopio,
de 60 cm de longitud. En esta primera fase el
huevo es fertilizado, es decir, siempre que el
semen esté disponible en las glándulas espermáticas.
Luego, se van acumulando las distintas
proteínas de la clara con sus propiedades
antibacterianas y coagulantes. El albumen se
verá posteriormente cubierto con las membranas
del huevo antes de la calcificación de la
cáscara. Esta cáscara de pequeños poros presenta
de 0,2 a 0,3 mm de espesor y garantiza
el necesario intercambio de aire y humedad
para el embrión. La cutícula sobre la cáscara
protege el contenido del huevo de la invasión
microbiológica y la deshidratación.
La ponedora moderna pone un huevo
casi cada día. La formación de este huevo
requiere unas 24 horas. Considerando que el
huevo es un pequeño “milagro de la naturaleza”
pues asegura la vida de la descendencia
y cuenta con múltiples aplicaciones nutricionales
para la humanidad, este es un lapso de
tiempo muy breve.
¿Es el contenido en materia seca importante
para alguien?
Para el consumidor sólo tiene una importancia
menor. Su atención se centra fundamentalmente
en parámetros estéticos, puesto
que el color de la cáscara y/o de la yema no tienen
influencia alguna en el valor nutricional.
Por otro lado, la estabilidad de la cáscara es
un parámetro funcional importante, puesto
que el huevo tiene que soportar todo tipo de
fuerzas, desde la ovoposición hasta su entrega
al consumidor, sin sufrir roturas. La frescura
del huevo, la cual se mide según la cámara de
aire en el polo romo del huevo, como también
por la presencia de manchas de sangre y
carne, o de pegotes de insectos y deyecciones,
son características de calidad importantes
para los huevos de mesa. En contraste, el
contenido en materia seca del huevo sólo tiene
importancia para el embrión y repercute
directamente en la incubabilidad del huevo.
La yema presenta un contenido en materia
seca de un 50 % mientras que la clara es un
88 % agua. La yema es la principal fuente de
nutrientes para el embrión y el consumidor,
y sirve de única fuente de alimento para los
pollitos de un día. Por lo que si su proporción
es insuficiente puede que se vea afectada
la condición corporal y la supervivencia del
pollito. La industria de procesado de huevos
requiere contenidos de materia seca de un
24 % para el huevo entero a fin de producir
la máxima cantidad de ovoproductos comercializables.
Esta producción de ovoproductos
afecta al consumidor indirectamente. Yemas,
claras o huevos enteros pueden comprarse
pasteurizados, refrigerados o desecados. Es
más, el huevo se procesa para la elaboración
de otros productos, como mayonesa, fideos
o premezclas pasteleras.
El impacto de la selección en el contenido
de materia seca del huevo.
Durante las últimas décadas, la proporción
de yema se ha visto reducida ligeramente
por la selección realizada para la mejora del
índice de puesta. Hoy, las ponedoras cuentan
con el potencial de poner 300 huevos al
año, pues una vez empiezan no paran hasta
el final. Estos huevos cuentan con una elevada
proporción de clara a fin de cumplir
con los deseados elevados pesos del huevo.
La elevada cantidad de huevo acuoso reduce
el contenido de materia seca del huevo
completo, y con ello el contenido en nutrientes
de valor. El contenido de materia seca
del huevo puede influirse genéticamente
seleccionando para yemas más grandes o
para el contenido de materia seca del huevo
completo directamente. Para calcular el porcentaje
de yema, el criador recoge datos del
peso del huevo completo y de la yema. Se
requiere un mayor esfuerzo para los datos de
materia seca mediante el llamado método
“de la arena”. Para ello, es necesaria la homogeneización
de yemas y claras. 2 g de esta
mezcla de huevo líquido se mezclan con 35
g de arena y se colocan en un horno a 103 °C
durante cuatro horas. Luego, la diferencia de
peso de la muestra entre antes y después de
secar permite calcular el contenido en materia
seca.
Una alternativa al método de la arena
Puesto que el método de la arena es muy
costoso en términos de tiempo y materiales,
se requiere de alternativas más sencillas. Con
miras a ello, se compararon dos refractometros.
Un refractómetro mide la luz refractada
para determinar la densidad de la sustancia y
finalmente, el contenido de materia seca. En
un estudio realizado por Lohmann Tierzucht,
se analizaron 150 huevos de ponedoras LSL y
LB. Las ponedoras contaban con 41 semanas
de edad y se midió el contenido de materia
seca de los huevos. El contenido en materia
seca se valoró mediante el método de la arena,
una vez por cada huevo, y tres veces para
cada huevo con los 2 refractómetros. Uno
de los refractómetros fue de la compañía A.
Krüss Optronic, y el otro de Kyoto Electronics
Manufacturing Co. Ltd. Las mediciones fueron
analizadas estadísticamente e individualmente
para cada lote. La media de peso del
huevo y de la yema, como la media de contenido
de materia seca para cada una de las
tres medidas del refractómetro se calcularon
para los huevos de LSL y LB. Además, se estimaron
correlaciones fenotípicas entre los distintos
caracteres y las distintas mediciones.
La correlación fenotípica refleja la relación
entre distintos caracteres y varía entre rp= -1
y rp= +1. Cuanto más se aproximan los valores
observados a – 1 o a + 1, más fuerte es la
correlación negativa o positiva.
Resultados.
El peso del huevo se correlaciona con la
edad de la gallina y su origen. Sin embargo,
existe una diferencia entre huevos blancos y
rubios. El peso medio del huevo para ponedoras
LSL está alrededor de los 62 g, mientras
que para ponedoras rubias es de unos 65,9
g. La proporción de yema presenta una correlación
negativa con el peso del huevo. Por
lo que la proporción de yema de los huevos
blancos es de un 28,1 %, mayor que la de los
huevos rubios, de un 26,8 %. Por su mayor
proporción de yema, el contenido de materia
seca de los huevos blancos es también
mayor comparado con los huevos rubios.
Mediante el método de la arena, el valor
medio de materia seca es de un 23 % para
los huevos blancos y de un 21,7 % para los
huevo rubios. Mediante la técnica del refractómetro
los valores observados fueron similares.
Por lo que se refiere a los huevos de las
LSL, los valores medios fueron 24,1 % (KEM)
y 23,9 % (Krüss). El menor contenido de materia
seca para los huevos rubios quedó en
23,2 % (KEM) y 22,5 % (Krüss). Las correlaciones
fenotípicas entre el peso del huevo y el
porcentaje de yema, o respectivamente para
cada una de las mediciones de materia seca
fueron negativas. El rango de correlaciones
estimado fue de entre rp= – 0,12 y rp= – 0,26
para los huevos blancos y entre rp= – 0,24 y
rp= – 0,40 para los huevos rubios. La consistente
correlación positiva entre la proporción
de yema y el contenido de materia seca
observada mediante los tres métodos claramente
muestra que la proporción de yema
determina el contenido de materia seca del
huevo. Independientemente del origen del
lote, la correlación estimada es de rp= + 0,60.
Es más, las elevadas correlaciones positivas
de rp= +0,70 entre las tres medidas repetidas
con los refractómetros indican la elevada
precisión de los aparatos.
Los resultados obtenidos fueron comparables
mediante los tres métodos, es decir,
entre el método de la arena y los dos refractómetros
de Kyoto Electronics Manufacturing
Ltd. y de A. Krüss Optronic. Es más, existen
algunas ventajas para elegir el refractómetro
como método de medida del contenido de
materia seca del huevo completo. Debido a
los menores requerimientos de preparación
de las muestras y a la no necesidad del
tiempo de secado, la obtención de las mediciones
de materia seca es mucho más rápida
con el refractómetro, en comparación con el
método clásico de la arena. Cuando se analiza
un número elevado de huevos, el uso del
refractómetro de Krüss tiene sus ventajas. El
almacenaje integrado de datos digitales es
muy útil para su manejo. Además, ambos
refractómetros pueden usarse directamente
en la granja. No se requiere de un laboratorio
especializado para analizar los huevos en lo
que a contenido de materia seca se refiere.
En resumen:
» El contenido en materia seca de la clara
ronda el 12 % y para la yema el 50 %
» Una elevada proporción de yema presenta
una influencia positiva para el desarrollo
del embrión, la supervivencia de los pollitos
y para el procesado ulterior de los huevos
en ovoproductos
» Desde el punto de vista del seleccionador,
un aumento del contenido de materia seca
del huevo también puede conseguirse
mediante un aumento de la proporción de
yema, o una variación de la ratio yema:clara
» Como alternativa al método clásico de la
arena, el contenido de materia seca puede
medirse con refractómetro
» En general, los huevos blancos presentan
más materia seca que los rubios.
» Lohmann Tierzucht probó los refractómetros
de A. Krüss Optronic y Kyoto Electronics
Manufactoring Co. Ltd.
Dr. Wiebke Icken