En la mejora genética de las ponedoras,
las principales características
todavía se orientan hacia el rendimiento,
es decir, huevos vendibles, la
persistencia, el índice de transformación
alimenticia y la viabilidad.
Además, los genetistas
se enfrentan a nuevos desafíos en
términos de un comportamiento deseable
y una buena apariencia de las gallinas,
hasta el final de su vida productiva. A estos
nuevos desafíos se les debe apoyar también
a través de la gestión general y y la
nutrición. Como ejemplo de deficiencias
nutricionales, cabe mencionar la llamada
caída posterior al pico, en el período de
producción inicial. Esta situación está basada
principalmente en una ingesta diaria de
pienso demasiado baja o en una cantidad
demasiado baja de piensos de alta densidad.
En el peor de los casos, estas deficiencias
pueden provocar comportamientos
no deseados en los lotes de ponedoras
y perjudicarán la productividad de los lotes,
a largo plazo. La ingesta energética de
una gallina ponedora debe dividirse de la
siguiente manera: 2/3 se requieren para el
mantenimiento y 1/3 para la producción
de masa de huevos. Esto implica que hay
que reconocer la importancia de la temperatura
ambiental y de un buen plumaje.
Ambos factores, una baja temperatura y un
plumaje deteriorado, conducen a la larga a
una mayor demanda de nutrientes y a una
mayor ingesta diaria de alimento.
Si nos centramos en los detalles nutricionales,
existe un «viejo ABC», que dice:
aminoácidos, especialmente los aminoácidos
azufrados, metionina y cistina. Sin embargo,
consideremos este tema como un
«hecho constatado», del que todos se ocupan.
En lo referente a los nuevos desafíos
mencionados anteriormente, tenemos un
«nuevo ABC», que dice: alimentar para promover
la salud intestinal, a las ponedoras les
apetecen las fibras, la estructura del alimento —como un aspecto de calidad crucial—
y las estrategias de alimentación en la cría y
otros. Estas ideas ya se han probado en muchos
países e incluso se les dedica el mayor
interés dentro de la comunidad científica.
Un aspecto es el tema de la fibra cruda,
que proviene de materias primas como los
productos del girasol, la cebada o la avena.
Además, en el mercado hay disponibilidad
de concentrados de fibra a base de lignocelulosa.
Como a las aves ponedoras les
apetece la fibra, el contenido de fibra cruda
en los piensos compuestos puede alcanzar
hasta un 7 %, sin afectar de manera negativa
el rendimiento. En los sistemas sin jaula,
debemos ver en todo momento plumas en
los residuos. Si no están presentes, es porque
las gallinas se las han comido, lo que
debe entenderse como una deficiencia en
cuanto a la estructura y la fibra en general.
Además, el período de cría nunca debe
descuidarse, porque forma la base para un
posterior período de producción. Una empresa
profesional de cría, en los Países Bajos,
señaló este aspecto de la siguiente manera:
« ¡CADA error ocurrido durante el período
de cría se observará más adelante, durante
el período de producción!»
Adecuar el peso del huevo siempre ha
sido un tema muy importante, en todo el
mundo: o es demasiado bajo, o es demasiado
alto. Existe una demanda variable en
períodos cortos, que la genética no puede
TÉCNICO
seguir. Por tanto, la nutrición y la buena gestión
del lote deben asumir esta responsabilidad.
Un enfoque altamente probado para
controlar el peso de los huevos es restringir
de forma cualitativa los nutrientes que promueven
el peso de los mismos, mientras
que se mantiene constante el nivel de energía,
para evitar el aumento de la ingesta diaria
de pienso. Así se limita una ingesta diaria
de pienso demasiado alta.
Otro tema apremiante en la nutrición
de las ponedoras, respecto a la productividad
y el comportamiento de las aves, es
la estructura de los piensos triturados. La
estructura de los piensos debe ser homogénea
y debe tener cierta aspereza; ambas
características forman la base general para
una ingesta de alimento y nutrientes buena
y uniforme, y para una digestión saludable.
Los especialistas en el Reino Unido
dirían «¡Las aves necesitan tener “algo de
molienda” en la dieta, para poder apoyar
la actividad de la molleja!».
Otros objetivos
de selección genética actuales se centran
directamente en aspectos del bienestar, que
al final también apoyan la productividad. Un
aspecto es la investigación de la densitometría
ósea mediante ultrasonido, que apunta
a la presencia de huesos fuertes y, finalmente,
a cáscaras de huevo fuertes. Otro aspecto
consiste en medir la longitud del pico superior
de las gallinas, con el objetivo de reducir
la mortalidad y tener una buena cobertura
de plumas.
Algunos mensajes para tener en cuenta:
- Tenga en cuenta el excelente potencial
genético de las razas de ponedoras
actuales, en términos de persistencia
y larga viabilidad.
- La calidad de la cáscara de huevo será
la única razón para aprobar finalmente
un lote.
- Concéntrese en todo momento en el
«control» de peso del huevo, ya sea
como apoyo o como control.
- Promueva la salud del hígado y del
intestino
- Promueva el comportamiento dócil
de las gallinas.
- Céntrese (mucho) más en la cría y la
calidad de las pollitas.
- Asuma la importancia de una estructura
óptima de los piensos triturados,
como un requisito básico general para
la integridad y la salud intestinal.
- Utilice aditivos nuevos y probados
como promotores de la salud intestinal.
- Alimente las gallinas en función del
rendimiento —producción de masa
del huevo— para evitar deficiencias,
ya que esto podría «provocar» un
grave desafío negativo en términos
de salud intestinal y problemas de
plumaje.
Robert Pottgüter