Los periodos de alojamiento y de incubación son las fases más decisivas en la vida de una gallina ponedora. Esta fase, así como una cría adecuada para obtener una pollita de la más alta calidad, son los pilares fundamentales para un periodo de puesta exitoso.
Sin embargo, en la práctica se suele olvidar la importancia de prestar suficiente atención a los detalles, así como las dificultades que estos periodos conllevan Cualquier deficiencia o error puede afectar de por vida a las pollitas ponedoras, lo cual es irreparable.
Manejo con cuidado:
Las pollitas de un día son criaturas recién nacidas muy vigorosas y fuertes. La eclosión de una resistente cáscara de huevo, todos los procedimientos de incubación y el transporte a la granja son acontecimientos difíciles por los que tienen que pasar
Por otra parte, debemos tener en consideración que son pollitas delicadas y vulnerables, que dependen por completo de las condiciones ambientales que nosotros les proporcionamos.
Por consiguiente, deben ser manipuladas con cuidado y esmero, al tiempo que se cubren sus necesidades en la medida de lo posible.
Transporte
Deben utilizarse vehículos con control climático para transportar a las pollitas de un día de la incubadora a la granja.
Durante todo periodo de transporte debe garantizarse una temperatura, humedad y ventilación adecuadas.
Preparación del alojamiento
Todos los preparativos deben hacerse con antelación para asegurar que las condiciones de alojamiento y el espacio de incubación sean adecuados.
El objetivo debe ser descargar y alojar a las pollitas lo más rápido posible Antes de la llegada de las pollitas, deben garantizarse las medidas de bioseguridad más estrictas.
Calor y humedad
Como sabemos, las pollitas no pueden regular su temperatura corporal durante los primeros días de vida. Por lo tanto, una temperatura ambiente inadecuada afectará negativamente a su temperatura corporal.
Durante el alojamiento y el periodo de incubación, puede proporcionarse una temperatura corporal óptima para las pollitas por medio de condiciones ambientales idóneas, como una temperatura ambiente y una humedad relativa adecuadas, además de una ventilación mínima para suministrar aire fresco y el oxígeno necesario.
En efecto, cuando la temperatura corporal baja, las pollitas no son capaces de ajustar su metabolismo. Las consecuencias negativas son devastadoras, tales como el riesgo de onfalitis, el funcionamiento incorrecto del sistema inmunitario, susceptibilidad a las infecciones bacterianas, aumento deficiente del peso corporal y altas tasas de mortalidad.
El mejor indicador para saber si la temperatura ambiente y las condiciones son adecuadas es el comportamiento de las pollitas y la medición de su temperatura corporal con termómetros profesionales para pollitos.
Agua y pienso
El acceso temprano y fácil a agua fresca y limpia, así como un pienso de buena calidad es esencial para el desarrollo del aparato digestivo y del sistema inmunitario y que ayude a que la yema residual se absorba más rápidamente.
Es fundamental que el tipo y estructura del pienso, la temperatura del agua y el ajuste de los bebederos sean correctos. Revisar los buches de las pollitas algunas horas después del alojamiento y durante los primeros días es la mejor forma de analizar la ingesta de alimento.
Iluminación
Durante los primeros días, es necesario proporcionar en el alojamiento una alta intensidad luminosa proveniente de las fuentes de iluminación adecuadas, sin puntos de sombra. Debe asegurarse de que las pollitas de un día se establezcan en su nuevo entorno y puedan encontrar agua y pienso.
El programa de iluminación intermitente es una herramienta que permite que las crías más fuertes estimulen fácilmente a las más débiles , asegurando el tiempo de descanso y actividad de estas.
Esta herramienta puede aplicarse durante la primera semana y hasta el décimo día, lo cual está comprobado que producirá un comportamiento más uniforme y una mejor subida de peso de la manada y reducirá la mortalidad durante la primera semana.
El comportamiento de las pollitas
El comportamiento de las pollitas es uno de los mejores indicadores de que gozan de bienestar y de que las condiciones de alojamiento (concretamente, la temperatura) son adecuadas.
Temperaturas demasiado altas: Las pollitas se alejan de la fuente de calor Encorvan las alas y comienzan a jadear y hacen menos ruido.
Temperaturas demasiado bajas: Las pollitas se concentran y apelotonan cerca de la fuente de calor. Hacen sonidos que representan una llamada de auxilio y puede observarse que tienen una postura rígida.
Corrientes de aire o distribución luminosa desigual: Si las pollitas se concentran en determinados rincones, las razones pueden ser una temperatura irregular o la presencia de puntos oscuros, altos índices de ventilación y corrientes de aire.
Temperatura adecuada: Las pollitas se desplazan de manera uniforme, comiendo y bebiendo. Se observará que emiten sonidos sin hacer llamadas de auxilio.
El mejor indicador para evaluar si la temperatura del alojamiento y el comportamiento de las pollitas son adecuados es medir su temperatura corporal, que debe oscilar entre los 40-41°C.
Una altura de los bebederos y una temperatura del agua adecuadas son elementos a los que muy a menudo no se presta atención durante el periodo de alojamiento e incubación. El ángulo correcto para que las pollitas beban de los bebederos oscila entre los 35-45°, mientras que la temperatura del agua debe ser de 20-25 °C aproximadamente.
La revisión regular del buche de las pollitas algunas horas después del alojamiento puede orientarle acerca de la ingesta de alimento, además suponer uno de los mejores indicadores de unas condiciones de alojamiento óptimas.
Conclusión
Es necesario extremar el cuidado y la atención a las pollitas de un día durante sus primeros días de vida. El alojamiento debe realizarse lo más rápido posible, pero siempre con cuidado. En particular, un temperatura ambiente y humedad relativa adecuadas constituye uno de los parámetros más importantes durante los primeros 5 días, ya que las pollitas no pueden regular su temperatura corporal por sí mismas.
Es indudable que un alojamiento e incubación adecuados, además de un manejo óptimo de la cría para obtener pollitas de la más alta calidad, son la base para un buen inicio del periodo de producción y la clave para un ciclo de puesta exitoso.