Cuando hablamos de calidad de las pollitas, muchas veces pensamos en los ombligos, el pico y todos esos rasgos básicos, pero importantes, que tienen un impacto directo en la productividad del ave y que tienen efectos duraderos.
El primer aspecto a considerar es el estado sanitario del lote, a través de muestreos. Salmonella y micoplasma son considerados como los patógenos de mayor preocupación en el día a día de las empresas, sin embargo, hay otros que también son importantes, como E. coli y las contaminaciones por hongos. Mientras que los primeros son normalmente controlados por las autoridades sanitarias de cada país, los segundos son casi siempre monitorizados a nivel de granja y planta de incubación. E. coli y los hongos pueden tener un impacto importante en la calidad de las pollitas afectando a su desarrollo en general y donde, normalmente, la fuente de contaminación suele ser la granja de reproductoras y/o la planta de incubación, siendo menos frecuente durante los procesos de transporte y condiciones de la granja comercial.
Las pollitas son propensas a expresar las deficiencias nutricionales de las reproductoras, ya que 100% de su composición corporal proviene del metabolismo del huevo durante la embriogénesis
Una vez que al huevo le falta algún nutriente esencial, el porcentaje de nacimientos se verá afectado, mientras que algunas pollitas nacerán.
Esas aves presentarán señales claras que pueden incluir fragilidad ósea, dedos torcidos o enroscados, deformidades en el pico, signos nerviosos, patas abiertas – “splayed legs” (que a su vez también puede tener otras causas).
Finalmente, ese es el punto donde la mayoría de los técnicos miran con mas atención a la llegada de las pollitas. Nos gustaría dividir ese tópico en dos criterios: aspectos colectivos e individuales. A diferencia de las condiciones sanitarias, los rasgos físicos son provocados habitualmente por el manejo en la sala de incubación, principalmente, pero no únicamente a la gestión de temperatura y humedad desde el huevo hasta la pollita.
El aspecto más importante a cuidar es la uniformidad.
La uniformidad de las pollitas tiene un enorme impacto en la productividad general de un lote y no solamente durante los primeros días, también en producción. Lotes con baja uniformidad tendrán arranques de puesta desiguales y, por ende, un bajo pico de producción terminando con una cantidad de huevos por ave alojada por debajo de los objetivos de la explotación.
La uniformidad tal y como la conocemos, el porcentaje de aves dentro del rango de +10% del promedio de peso corporal, no es reconocida como una herramienta científicamente estadística, sino el CV (coeficiente de variación).
Sin embargo, el uso de la uniformidad como la conocemos es utilizada en todo el mundo y funciona en campo tan bien como el CV.
Independientemente del uso de uniformidad o CV, el muestreo de las aves es el factor clave. Algunas empresas utilizan un % fijo de la cantidad de aves del lote, mientras otras utilizan una cantidad fija de aves, no importa el tamaño del lote. Ambos suelen funcionar bien y aquí tenemos algunos consejos para el muestreo de las aves.
Aqui hablaremos de aquellos aspectos físicos a través de los cuales estamos acostumbrados a evaluar las aves.
Al chequear individualmente rasgos como las plumas, los picos, las narinas, los ombligos, las patas, etc., podemos utilizar una de las conocidas herramientas como Pasgar o Tona para calificar los lotes en general.
Las pollitas de buena calidad presentan plumas grandes y erizadas. Además, las plumas deben estar secas, ni pegajosas ni amarillentas.
Siempre nos conviene recordar que el color de las pollitas proviene de los pigmentos de la yema. Así, uno puede pensar que, entre más amarillenta, mejor, pero no siempre es así.
A veces vemos pollitas más amarillentas/oscuras porque se incluyeron pigmentos (naturales o sintéticos) en la dieta de las reproductoras y las pollitas no son buenas o malas por esa razón.
Igualmente, podemos encontrar algunas pollitas más blanquecinas lo que de igual manera puede ser atribuido al alimento con menor cantidad de pigmentos, como el sorgo, por ejemplo.
Por lo tanto, al evaluar la calidad por el color, el tono del amarillo no es el factor más importante. La uniformidad de su distribución si lo es. Entre más uniforme en color se presenta las pollitas, mejor el lote. Eso es una indicación directa de una buena y homogénea absorción de la yema.
Otra causa puede ser el estrés durante la delicada fase de nacimiento, ocasionado por: mala temperatura, luces encendidas o una mala ventilación/falta de oxígeno en la nacedora. Las aves que presentan esos signos en niveles moderados no deben de ser descartadas ya que en la mayoría de los casos se recuperan cuando son alojadas separadas de las demás y se las proporciona un alimento, agua, luz y temperatura adecuados.
Sin embargo, de haber signos de sangre va a ser muy poco probable la recuperación de las aves ya que ellas pueden sufrir una infección y además, pueden transmitírsela al lote.
El cierre del ombligo es un proceso dependente de la temperatura y humedad, y lleva tiempo en completarse, lo que quiere decir que, aunque ya estén fuera de la nacedora, los ombligos aún continúan el proceso de cierre.Podemos no darnos cuenta al de manera visual, pero internamente el cierre de la conexión del ombligo con la yema suele llevar hasta 2-3 días y antes del cierre total y la rotura de la conexión interna el ombligo esto representa una puerta abierta del medio externo al medio de cultivo más rico que tenemos para bacterias: la yema.
Algunas veces se produce la infección del saco vitelino en aves con buen cierre de ombligo lo que puede deberse a las malas condiciones de higiene y desinfección de las bandejas de nacimiento, cajas de pollitas o incluso a las condiciones de granja, todo después el nacimiento o a largos periodos de almacenamiento.
Las aves con el ombligo abierto y con manchas negras deben ser eliminadas ya que las posibilidades de que se recuperen son muy limitadas mientras que el riesgo de contaminación generalizada será muy alto. Los hilos en los ombligos generalmente no representan un problema, de haber ambiente limpio y desinfectado, ya que se caerán al cabo de unos días.
Finalmente, las patas son muy fáciles de evaluar. Al coger 3-5 pollitas y darles la vuelta veremos muchas patas a la vez y buscaremos signos de deshidratación que es, donde se manifiestan primero.
Las patas deben de estar brillantes, los tarsos deben de ser redondeados (indicación de buen contenido de agua) y largos, sin ningún tipo de lesiones. De presentar signos de deshidratación, abriremos algunas aves en un intento de cualificar el grado de deshidratación, tratando de identificar la presencia de uratos o de gota visceral. De encontrar esos signos, debemos dar una atención especial a las aves y la selección 100% del lote es altamente recomendada.
Estos son algunos de los aspectos importantes a cuidar y considerar cuando hablamos de la calidad de las pollitas. Con procedimientos sencillos y objetivos podemos tener una evaluación fiable del lote.
De haber alguna duda o inquietud, será un placer para el equipo de Servicio Técnico Global de LOHMANN BREEDERS poder servirles.