Está producida por un Influenzavirus perteneciente a la familia Orthomyxoviridae. Se tratan de virus de ARN de tamaño pequeño-mediano, envueltos y de una sola hebra, que tienen dos proteínas de superficie principales, la Hemaglutinina (H1-H16) y la Neuraminidasa (N1-N9), con 144 combinaciones potenciales. La H y la N dan a estos virus sus nombres, como H5N1, H5N8 o H7N7.
La gran variedad de virus de IA se debe a su potencial para mutar (deriva antigénica) o para intercambiar información genómica si una célula hospedera está infectada por dos virus diferentes (cambio antigénico).
Las infecciones de Influenza Altamente Patógena pueden causar hasta un 100% de mortalidad a los pocos días de la infección.
Los signos clínicos más predominantes son:

Hoy en día, la PCR en tiempo real es una de las herramientas más importantes en la lucha contra la Influenza Aviar, ya que permite el diagnóstico en pocas horas con una confirmación posterior por parte de los laboratorios de referencia en un plazo de 24 a 48 horas .
, como vectores directos e indirectos, el contrabando de aves (por ejemplo, los gallos de pelea) o los mercados de aves vivas.
Los humanos son, aparte de la introducción a través de las aves migratorias, sin duda, la fuente de transmisión más importante.
El control IAN (Influenza Aviar Notificable) incluye, para muchos países, la erradicación del virus mediante el sacrificio de las poblaciones infectadas. Esta sigue siendo la forma más eficaz de controlar la enfermedad, pero requiere una red de instituciones de diagnóstico (que debería incluir laboratorios privados), la predisposición para aplicar los métodos de sacrificio sanitario y la eliminación segura de los cadáveres.

Sin embargo, hasta hoy, ninguna de estas vacunas garantiza una inmunidad “estéril” en el campo. En otras palabras, capaz de evitar cualquier multiplicación y mayor propagación del virus.
A fin de favorecer el comercio internacional en presencia de casos IAN, en el Capítulo 4.3 del Código Sanitario para los Animales Terrestres se describe la zonificación y la compartimentación como un procedimiento aplicado por un país, de conformidad con las disposiciones del mismo, para definir las subpoblaciones con una situación sanitaria específica dentro de su territorio a efectos de control de enfermedades y/o comercio internacional.

Lograr la aceptación de la regionalización, pero aún más con la compartimentación, requiere una cooperación intensiva entre la industria avícola y las autoridades gubernamentales.